REGIMEN ANCESTRAL
RÉGIMEN ANCESTRAL (efectivo método curativo)
El Dr. Jean
Seignalet fue doctor en medicina. Autor de más de 200 publicaciones en
las principales revistas médicas en lengua inglesa y francesa, su
actividad médica siempre estuvo relacionada con la química y la
biología. Trabajó como médico inmunólogo en el hospital Saint-Eloi
(Laboratorio de Inmunología) de Montpellier (Francia) y fue catedrático
en la Universidad de la misma ciudad. En 1988 comenzó a investigar sobre
el mecanismo de ciertas enfermedades y a tratarlas con un régimen
alimenticio. Falleció en Montpellier el 13 de Julio del 2003.
Las pautas utilizadas por el Dr. Jean Seignalet en el tratamiento de
sus pacientes, ha dado lugar al llamado Régimen Ancestral. Las bases
principales de este régimen son: la exclusión de los cereales alterados
genéticamente respecto a sus ancestros; la exclusión de las leches
animales y de sus derivados; el mayor consumo posible de productos
crudos; la utilización de aceites vírgenes obtenidos por primera presión
en frío; la preferencia por los productos orgánico o biológicos; y una
suplementación vitamínica y mineral a dosis fisiológicas (idénticas a
las producidas por el cuerpo). Veamos los principios fundamentales del
Régimen Ancestral de Seignalet:
1º) Exclusión de leches animales (vaca, cabra, oveja, yegua) y de
todos sus derivados. La leche de vaca es muy diferente de la leche
materna y resulta particularmente nociva para la biología humana.
2º) Exclusión de los cereales genéticamente degenerados, sobre todo
trigo y maíz, porque han sufrido mutaciones importantes y se consumen
muy cocidos, a diferencia de los cereales salvajes ingeridos por
nuestros antepasados. Se pueden conservar el arroz y el trigo sarraceno,
inofensivos y sin grandes mutaciones. El Dr. Seignalet demuestra con un
estudio de evolución filogénica, que el arroz posee una característica
particular respecto a los demás cereales: sometido a manipulaciones
agrícolas, tiende a volver a su estado salvaje inicial; el arroz actual
es muy similar a su ancestro prehistórico, cosa que no ocurre con el
trigo y el maíz. Además las proteínas del arroz, aunque alteradas por la
cocción, se toleran mucho mejor que las de otros cereales cocinados.
Seignalet evita pronunciarse acerca de otros cereales (africanos,
asiáticos o americanos), por falta de mayores elementos de juicio.
3º) Exclusión de los productos demasiado cocidos, por el hecho de que la
cocción genera nuevas moléculas (isómeros, moléculas de Maillard,
hidrocarburos aromáticos policíclicos y aminas heterocíclicas
cancerígenas) inaccesibles a nuestras enzimas. Seignalet aconseja comer
productos crudos o cocidos por debajo de 110°C, porque es a partir de
dicha temperatura que se forman las estructuras peligrosas. Carnes,
pescados y yema de huevo están autorizadas, pero bajo forma cruda o
“suavemente” cocida. En la cocción se recomienda el vapor, el estofado,
el escalfado o el cocimiento a fuego lento. Se desaconsejan parrilladas,
frituras y horneados, procesos que generan temperaturas de entre 200 y
700ºC.
4º) Exclusión de los aceites extraídos en caliente o
refinados, que contienen hexano tóxico, ácidos grasos saturados
peligrosos e isómeros “trans”, inabordables por nuestras enzimas y muy
nocivos. Hay que utilizar aceites crudos, extraídos por primera presión
en frío y vírgenes (no refinados).
5º) Exclusión de productos
contaminados: aditivos alimentarios (colorantes, conservadores,
estabilizantes…), pesticidas, abonos, hormonas, antibióticos
administrados a los animales, etc. Esto significa buscar alimentos de la
mejor calidad, preferentemente biológicos o de producción natural.
6º) Suplementación en minerales, oligoelementos, vitaminas,
antioxidantes, fermentos lácticos y ácidos grasos esenciales. Las
carencias de vitaminas y minerales son muy frecuentes en nuestra época,
debido a las aberraciones en los métodos de producción agrícola y
ganadera. Los fermentos lácticos contribuyen a restaurar un buen
equilibrio intestinal. Los ácidos grasos esenciales, además de sus
acciones inmunomoduladoras y antiinflamatorias, contribuyen a la
integridad de la pared intestinal. Los antioxidantes capturan los
radicales libres, muy nocivos y abundantes en el proceso de
“ensuciamiento”.
El Dr. Seignalet recomienda consumir frutas, verduras, legumbres,
frutas secas, semillas, germinados, aceites de presión en frío, especias
condimentarias, miel y polen. Carnes, pescados y huevos son tolerados
si no provienen de cría industrial, consumidos con escasa cocción y una
sola vez por día. Las bebidas alcohólicas de fermentación natural se
permiten en pequeñas cantidades. Se prohíbe el azúcar blanco y sus
derivados, la sal refinada, las conservas y el tabaco. También
recomienda evitar al máximo los alimentos cocidos y las comidas
copiosas.
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